España conmemora el ataque islamista más letal en Europa

En un día cargado de emotividad, España recordó el lunes el vigésimo aniversario de los ataques terroristas más mortíferos de Europa con una serie de ceremonias que incluyeron flores, música y momentos de silencio. El 11 de marzo de 2004, diez bombas ocultas en bolsos deportivos estallaron en cuatro trenes de cercanías repletos de pasajeros durante la hora pico de la mañana en Madrid, cobrándose la vida de 192 personas e hiriendo a más de mil 700.

Las campanas de la capital española repicaron a las 09:00 hora local en memoria de las víctimas, seguidas de una misa en la Catedral de la Almudena.

Los ciudadanos colocaron flores y velas en un nuevo monumento erigido en la estación de Atocha, epicentro de uno de los ataques, mientras que se llevaron a cabo varios actos en toda la ciudad para guardar un minuto de silencio.

Francisco Alameda, quien viajaba en uno de los vagones ese fatídico día, recordó el horror de la tragedia: “El olor a carne quemada me impactó: no puedo ir a las barbacoas. Había un silencio sepulcral, no hablábamos, sólo estábamos ayudando (a los heridos)”.

En un acto conmemorativo celebrado en la Galería de las Colecciones Reales de Madrid, estuvieron presentes el rey Felipe, la reina Letizia, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez y la Comisaria de Interior de la UE, Ylva Johansson. Los asistentes dejaron mensajes en un olivo conmemorativo en el museo.

En el Parque del Retiro, donde se plantaron 192 árboles en memoria de las víctimas, se colocaron margaritas blancas y se escuchó música en honor a aquellos que perdieron la vida.

Los ataques del 11M ocurrieron tres días antes de unas elecciones generales en las que los españoles derrotaron al Partido Popular conservador, que apoyaba la guerra liderada por Estados Unidos en Irak. Inicialmente, se culpó erróneamente al grupo separatista vasco ETA. Sin embargo, militantes islamistas afirmaron en un mensaje de video que los ataques eran una represalia por la participación de España en Irak y Afganistán. Estos ataques polarizaron a la sociedad española.

Ángel de Marcos, quien estuvo presente en la estación ese fatídico día, lamentó que las víctimas se convirtieran en peones políticos: “El 11M está tan manoseado, tan utilizado, que se ha convertido en un arma arrojadiza entre unos y otros, pero las víctimas están totalmente fuera de eso. No se preocupa nadie por las víctimas”.